Venus y Marte (3° Parte)

Mientras se hacia de noche, seguíamos hablando en el bar, la observaba en cada detalle, sus movimientos, sus miradas, mis ojos la recorrían entera, no quería perderme detalle, me colgaba de su escote, me perdía en su boca, sin duda era La Venus en todo su esplendor.
Marte se estaba adueñando de mí, no podía (no quería) controlarlo, trataba de seguir la conversación pero era en vano todo su cuerpo gritaba poséeme soy tuya.
Me tomó la mano que jugaba con el encendedor, un Zippo de bronce, me miró a los ojos y me dijo…

- Es Viernes turco, casi de noche, tenes que trabajar?
- No, ya terminé por hoy
- Vamos a tu casa?

Llegó el momento, ya nada sería como antes, era tiempo de poner sobre la mesa mi experiencia, de regalarle a esta Venus todos esos momentos que me hicieron quien soy…

Caminamos esas cuatro cuadras charlando y jugando, veía que quería acercarse a mi pero no sabia como o quizás le daba un poco de vergüenza, la abrace por la cintura y le dije abrasame, se colgó de mi cuello, se paró frente a mi y sin mediar palabra nos besamos profundamente, allí en medio de la calle sin importar nada, el mundo dejó de girar, sus brazos se cruzaron detrás de mi nuca, me apretaba fuertemente contra ella, su pasión me atropellaba, su lengua jugaba dentro de mi boca, me entregué a ese beso dulce que me cortaba la respiración, su cuerpo esterilizado, parada en puntitas de pie para empatar mi altura, se pegó a mi como si fuéramos uno, dejó de besarme…Te amo turco.
Entre besos, cosquillas, tocaditas de cola entramos a mi departamento, ella lo conocía no había por que hacerle una visita guiada, mate?...dale…en la cocina, muy chica por cierto, pongo agua en la pava, prendo la hornalla, pongo el agua y comienzo a preparar el mate, en todo este proceso ella estuvo abrazada a mi por la espalda sin despegarse,.

- No voy a escaparme
- No te dejaría escapar
- Dejame verte

Me dí vuelta, jamás me soltó, le tome la cara con mis manos y la besé, pero esta vez suavemente, tiernamente, jugando con mi lengua entre sus labios, besé su cuello, apreté con mis labios su oreja, sentía su respiración agitada, me acaricia la espalda, mis manos comienzan a acariciarla por debajo de la remera, su piel suave como terciopelo me excita, mis manos bajan por su espalda llego hasta su cola sobre su pollera, la traigo hacia mi para que sienta mi sexo, no dejamos de besarnos, ella me siente, se mueve para apretarse mas a mi, mis manos suben por su panza, pasan por debajo del corpiño y acaricio sus pechos, redondos, duros, excitados.

De ahí en mas todo se precipita, ya no soy yo, es Marte arrasando todo con su fuego, la levanté en mis brazos, mientras la llevaba a mi habitación me susurró al oído…Voy a ser tuya mi amor…