En una reunión familiar te nombraron, que será de tu vida que hace rato no te ven, de tus locuras de chica y esas cosas que se cuentan en las reuniones…
Pensé en vos y como había comenzado lo nuestro, te conozco desde que naciste, y desde entonces tuvimos una conexión muy especial nunca supe bien cual era ni por que, estabas siempre cerca mío, me abrazabas, te sentabas en mi falda, y cuando te golpeabas venias llorando para que te abrase.
Fuiste creciendo, a los doce comenzaste a ser mas reservada, ya no hablabas tanto ni te reías a carcajadas, busqué hablarte, me separaste de todos y me confesaste que comenzaste a ser mujer, te abrase y lloraste en mis brazos, te consolé y te conté como era todo eso, que no te asustes.
Seguiste creciendo, a tus 16 noté que tus ojos color miel me miraban distinto, se colgaban en los míos diciéndome algo, en ese momento no sabia bien que o no quería reconocer lo que me decían (Venus y Marte nunca se entendieron con miradas).
Por cosas de la vida, yo desaparecí un tiempo del circulo familiar, conducta normal en mi, hasta que en un cumpleaños, reaparecí, arto de recorrer otros brazos y otros lugares, ahí estabas vos, con tus 18 bien puestos, todo a flor de piel y como siempre tus ojos miel se clavaron en los míos, te saludé con un beso en la mejilla, estuviste poco afectiva casi como si nos hubiéramos visto hace un rato, después de la torta te pusiste tu abrigo para irte y cuando te acercaste a mi, mientras me saludabas, me diste un papelito, lo guarde presuroso sin que nadie notara el movimiento.
Cuando volvía para casa recordé el papel, metí la mano en el bolsillo, lo saqué y leí lo que escribiste, me detuve en medio de la calle, no podía creer lo que leía, mis manos temblaban, mi corazón palpitaba a mil, tu nota decía…
…”llamame, no aguanto mas sin vos 15-4409-XX63”…
Pensé en vos y como había comenzado lo nuestro, te conozco desde que naciste, y desde entonces tuvimos una conexión muy especial nunca supe bien cual era ni por que, estabas siempre cerca mío, me abrazabas, te sentabas en mi falda, y cuando te golpeabas venias llorando para que te abrase.
Fuiste creciendo, a los doce comenzaste a ser mas reservada, ya no hablabas tanto ni te reías a carcajadas, busqué hablarte, me separaste de todos y me confesaste que comenzaste a ser mujer, te abrase y lloraste en mis brazos, te consolé y te conté como era todo eso, que no te asustes.
Seguiste creciendo, a tus 16 noté que tus ojos color miel me miraban distinto, se colgaban en los míos diciéndome algo, en ese momento no sabia bien que o no quería reconocer lo que me decían (Venus y Marte nunca se entendieron con miradas).
Por cosas de la vida, yo desaparecí un tiempo del circulo familiar, conducta normal en mi, hasta que en un cumpleaños, reaparecí, arto de recorrer otros brazos y otros lugares, ahí estabas vos, con tus 18 bien puestos, todo a flor de piel y como siempre tus ojos miel se clavaron en los míos, te saludé con un beso en la mejilla, estuviste poco afectiva casi como si nos hubiéramos visto hace un rato, después de la torta te pusiste tu abrigo para irte y cuando te acercaste a mi, mientras me saludabas, me diste un papelito, lo guarde presuroso sin que nadie notara el movimiento.
Cuando volvía para casa recordé el papel, metí la mano en el bolsillo, lo saqué y leí lo que escribiste, me detuve en medio de la calle, no podía creer lo que leía, mis manos temblaban, mi corazón palpitaba a mil, tu nota decía…
…”llamame, no aguanto mas sin vos 15-4409-XX63”…
1 comentario:
Me fascinan las historias entregadas por partes, qué sé yo, hacen que la historia se vuelva cautivante, tanto, tanto como el Marte de este relato.
Cuánto tengo que esperar para el chapter numbre two?,
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