Atrapado

Almuerzo frente al río, llueve, sopla el viento frío del sur, de mi cabeza no logro sacudir esta melancolía de tarde fría y gris que me lleva al pasado una y otra vez, recuerdos que me llenan de paz y felicidad, días en que solo importaba vivir, quizás parezca triste pero no es así, sigo experimentando esa tranquilidad inmensa de haber vivido lo que tenia que vivir en el momento justo.
Hay personas que no logran estar en armonía consigo mismo, que se torturan sin poder escapar de la trampa, esa trampa definida como programación de la infancia, que los padres y familiares insertaron quizás sin darse cuenta, traen una carga pesada sobre sus hombros, pienso en ellos y doy gracias que tuve la libertad de ser yo.

Suena el celular, hay un mensaje, (es mi Venus)…..

- Hola amor…estas triste?
- Hola vida…no no, estoy bien por?
- Como no salió el sol…je

Que responder a esa ternura y a ese sexto sentido de las mujeres, sobre todo de ella, que nunca sabré como hace para mandarme la palabra justa en el momento preciso.

Pero nunca la felicidad es completa, (lamentablemente), es el juego de la vida, esas almas oscuras y tristes intentan opacar esta tranquilidad, por supuesto que no lo logra, tanto amor con un solo mensaje es imposible de opacar o hacerle perder el efecto causado.

Cuatro de la tarde y sigo aquí, mirando el río revoltoso por efecto del viento, verdes, grises y marrones se unen en una pintura natural, relajado y ya sin mirar el monitor de la notebook viajo con la corriente río arriba, esa corriente me llevará hasta Santa Fé?, estarás bien?. Mis sentimientos son extraños, nunca había sentido esto, casi no te conozco.

Puede sonar confuso y muchos los considerarían dos sentimientos distintos, pero dentro mío son uno solo, juntos hacen que me sienta así completo y tranquilo, en éxtasis, como si el agua y el azúcar no fueran dos elementos separados para formar el almíbar.

No hay dudas ni temores, tampoco hipótesis de cómo será todo, solo me dejo atrapar y disfruto de este momento.