Furia Natural

La tormenta lo encontró al descubierto, era de esas tormentas únicas, atípicas, el viento comenzó a soplar con fuerza, como demostrándole su poder, su autoridad, por su altura no sería fácil ganar este encuentro, trataba de mantener la verticalidad, él conocía estos juegos y aceptó jugarlo, se planto frente al viento y gritándole brutalmente lo desafió…”Esto es soplar!!!? Pareces un nene de dos años, maricón!!!....
Como si el viento lo entendiera arremetió sobre él al doble de la fuerza, truenos y relámpagos a lo lejos presagiaban una lluvia torrencial, las hojas volaban por doquier, lo rodeaban en forma de remolino, la fuerza era insostenible, puso un pie detrás del otro como para agrandar su base, inclino un poco su cuerpo buscando cortar el viento.
Nada hacia pensar que ganaría la pulseada, los truenos cada vez mas cerca, mas potentes, era como si el mismísimo diablo le gritara en la cara, de la nada una cortina de agua lo sacudió, otro trueno, mil relámpagos más, sus viseras se revolvían con cada disparo azul del cielo, las nubes grises eran gigantes, por un momento una ilusión le hacia ver que tocaban el suelo, él….inmutable sosteniendo el combate, pero por dentro la revolución, el éxtasis de sentir la fuerza de la naturaleza en todo su cuerpo.
Le gustaba desafiar a su hermano (como él le decía al viento), llegó hasta abrazarlo y sintió que por poco sus pies se despegaban del suelo y así como todo comenzó, el agua se retiró, el viento dejó de soplar, poco a poco las nubes viajaron a otro lugar, se quedó ahí parado, solo, trató de oír algún ruido, pero el silencio era sepulcral.
Cuando pudo volver, sintió como sus piernas lo rodeaban por la cintura y su voz en un susurro….”No salgas amor….hagámoslo otra vez”.