Normalmente mis días tienen un vértigo incontrolable, como si quisiera consumirme la vida en un solo trago, hay un impulso en mí que me lleva a mantenerme en movimiento constantemente, entre el trabajo, la familia, los amigos, el gimnasio y cuanta cosa se me ocurra para ocupar el tiempo, que muchas veces me sabe a poco.
Pero este domingo algo cambió….
Abrí, como siempre, mis ojos a las 9:30 hs., el sol golpeaba suavemente mi ventana, amanecí recostado sobre mi costado izquierdo, mi mascota, compañero felino (Santiago), estaba recostado sobre su lado derecho junto a mí, nos miramos sin mover un musculo, él apoyo su pata sobre mi rostro y como reflejo involuntario volví a cerrar los ojos…..al abrirlos nuevamente tomé el celular, que también descansa en mi cama junto al control remoto del televisor, me fijé la hora, 12:30 hs., giré sobre mí, prendí el televisor, carreras, desayuno y otra vez a la cama, todo está tranquilo, suena el teléfono, lo desconecto, suena el celular, lo apago, shhhh alma en paz.
Todo está muy bien, extrañamente bien, no hay ruidos, ni murmullos, ni golpes, solo se escucha al relator en el televisor, el cuerpo duele de estar recostado, pero estoy tan tranquilo que bien podría tomarlo como felicidad, el televisor acusa las 16:45 hs., mejor me levanto para comer algo….otra vez en la cama, no se escucha nada, habrá personas en algún lugar?, cierro los ojos, me parece que ya es mucho, 20:15 hs., lo llamo al viejo para saber cómo está, todo bien, hago la cena, un buen baño, 23:30 hs.,….a la cama nuevamente… shhhh alma en paz.
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