Soñé, otra vez soñé, no recuerdo
muy bien que soñé pero sé que soñé, ya estaba viejo, sobrepasaba los 80 años, en
mi interior sentía que estaba donde debía estar, sentado en medio de un mundo
verde y silencioso, repasando los momentos vividos, siempre tratando de apretar
los segundos en un puño, exprimiéndolos para que duren mucho más que ese
segundo, haciéndolos explotar en millones de pedazos para llenarme los ojos de
esos momentos que nunca más volverían, algunos no entendían o creían que solo
era un inconsciente o un payaso tratando de pasar el rato, pero no, es común
que los pacatos piensen eso de alguien que siempre vivió el ahora pensando que
el mañana es ese próximo momento que se avecina.
Siempre creí en entregarlo todo
sin esperar nada a cambio, sé que parece una frase hecha, las cuales odio más
que a nada, pero inténtenlo, traten de jugar con un niño poniéndose a su
altura, soportando los golpes o perder con intención solo para verlos hinchados
de satisfacción por haberle ganado a un mayor, o traten con un anciano, prestándole
atención, riéndose de anécdotas contadas hasta el hartazgo, o mejor aún, dándole
la razón.
No puedo comprender a esos que
dejan pasar los momentos contando con que mañana volverán o tendrán otra
oportunidad, no hay vuelta atrás, lo que pasó ya se fue como las primeras
letras que escribí, recordar, sostener, apretar esos momentos en el momento que
están pasando, no es melancolía, no es nostalgia, es aprovechar lo que la vida
te brinda, por que recordamos mas los malos tragos que las risas?, defender la
locura, la espontaneidad, la frontalidad…no está mal hacer que el día tenga 25
hs.
Hay momentos en los que hay que soportar el
cachetazo, poner el lomo, dejar que la vida se deslice hasta llegar a la otra
orilla, pero nunca perder el enfoque, saber y tener certeza que algo hay mas allá
del mal trago…
No sé porque este sueño me mantiene
en vela a las 4 de la mañana, calculo
que a alguien le va a servir todas estas palabras, ojalá te sirvan…
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